Qué es el ADSL

Cuando hablamos de ADSL lo hacemos sabiendo que nos referimos a un cable telefónico que permite transportar datos a toda velocidad. El ADSL o 'Asymmetric Digital Subscriber List' (Línea de Abonado Digital Asimétrica) se sustenta sobre la línea telefónica, es un par de cobre encapsulado (evolucionó) que permite separar los canales de transmisión de datos del de voz, así que nuestra navegación por Internet no se ve interferida por las llamadas de teléfono que ocupan el mismo caudal.

En el caso de la ADSL, los datos viajan por dos canales de 64Kbps mientras que la voz lo hace por uno de 16Kbps dedicado. De hecho, cuando empleamos ADSL como la conexión de banda ancha de nuestro hogar es necesario conectar un splitter o divisor a la toma telefónica en la que vayamos a conectar el teléfono fijo de casa, de forma que el dispositivo use únicamente sus canales reservados tanto para entrada como para salida.

Qué es la fibra óptica

La fibra óptica no sólo se aumentó el ancho de banda disponible (como el 'giga' que ya se comercializa de forma bastante habitual) sino también la velocidad de transmisión. Es decir, la velocidad en la que un dato viaja de nuestro router al servidor: el ping. Algo que ha posibilitado que sobre la fibra se construyan nuevos usos para tecnologías existentes del calibre de los e-sports, que necesitan latencias muy bajas para que las competiciones sean justas.

Con la llegada de la fibra también se mejoró en la transmisión de paquetes de información debido a que se producen menores pérdidas de información que en el ADSL. Al ser eléctrico, el ADSL puede verse afectado por interferencias electromagnéticas por más que llegue blindado para ello. La luz, sin embargo, viaja a lo largo del cable de fibra más interrupciones que las que pueda causar un cable en mal estado. La fibra es, por tanto, más veloz, tiene un mayor caudal de transferencia y previene las pérdidas de información.

Cuando hemos hablado de que la fibra óptica es idónea para prácticas como los e-sports a causa de su baja latencia, esto se debe a que la luz viaja a tan alta velocidad que la longitud de la red no afecta prácticamente en nada a la propia conexión. Así que estar más lejos o cerca de la estación a la que nos conectamos es indiferente cuando hablamos de fibra óptica.

En el caso del ADSL, la distancia a la que estemos de la central a la que estamos conectados afecta mucho a la velocidad ofrecida por la red. De ahí que en conexiones ADSL se suela hablar frecuentemente de horquillas de velocidad ('hasta 20Mbps') y se asegure que se cumplen unos mínimos y que en fibra hablemos de cifras más exactas, pues no se producen caídas de velocidad a consecuencia de las distancias. Y en el ADSL, sí.